martes, 29 de enero de 2013

La elección del nuevo rector en la Universidad de Guadalajara. 28/01/2013


Comentario para Radio UdeG (94.3)

Lunes 28 de enero de 2013
El nuevo rector de la Universidad de Guadalajara será electo en sesión del H. Consejo General Universitario a celebrarse el próximo jueves 31 de enero y resultará de  los cuatro candidatos registrados a dirigir la Máxima Casa de Estudios de Jalisco.  Los candidatos registrados y protagonistas de esta historia son: Ruth Padilla Muñoz, actual directora del Sistema de Educación Media Superior; Pablo Arredondo, rector del Centro Universitario de Ciencias Sociales y Humanidades; Tonatiuh Bravo, rector del Centro Universitario de Ciencias Económico Administrativas y Héctor Raúl Pérez Gómez, rector del Centro Universitario del Ciencias de la Salud. 

Hasta hoy los consejeros y demás miembros de la comunidad universitaria hemos sido testigos de un proceso pulcro, cuidado, de propuestas, de respeto entre los contendientes y con la animosidad de la comunidad universitaria de ver una Universidad que responda a las cada vez más a las complejas y múltiples problemáticas de la sociedad en su conjunto. 
 
Desde el registro, las ruedas de prensa, los encuentros con las comunidades académicas de los centros, las reuniones con consejeros, las declaraciones en los medios, las presentaciones de los planes de trabajo  suscitadas el 23 y 24 del mes en curso, el encuentro con los dirigentes sindicales de académicos, así como el debate celebrado el día de ayer por el canal 44 de televisión abierta, dan cuenta del marcado interés de dejar en claro que nadie de los que contienden es un improvisado, y que cualquiera puede ser electo rector con el voto de los consejeros. Lo visto hasta hoy muestra que en esta justa no hay dados cargados.
 
Destaco de entre todo el proceso las propuestas por ver una universidad mejor, a la altura de las exigencias de un mundo cambiante, a veces matizadas con el sello personal de los candidatos, mismas que presento sin priorizar y ofreciendo una disculpa anticipada por si escapara a mi memoria alguna de peso, las que imperaron fueron: 
 
  • Acordar con las autoridades estatales los recursos necesarios para generar las metas de ampliación de cobertura en educación media superior y superior a corto y mediano plazo, para lograr una cobertura como la que cuentan la mayoría  de los países miembros de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), que es de 38 por ciento.
  • Apoyar la difusión de la cultura como una de las funciones sustantivas mediante una inversión equilibrada en las actividades y recintos que impulsa la universidad.
  • El desarrollo del distrito cultural donde ya opera la biblioteca Juan José Arreola y el teatro metropolitano.
  • Revisión salarial para los trabajadores académicos y administrativos.
  • Fortalecer la identidad de los universitarios.
  • Fortalecer el papel de los órganos de planeación y gobierno de la Red.
  • Fortalecer la  investigación que potencie los recursos humanos y tecnológicos, además de vincular esta actividad con la docencia y la calidad de las carreras que ofrece, así como incorporar a más jóvenes a esta labor y fomentar el registro de patentes.
  • Consolidar una Universidad transparente en el manejo de los recursos.
  • Consolidar una Universidad comprometida en lo social a generar conocimiento útil y a transferirlo.
  • Promover una Universidad sustentable y saludable.
  • Fortalecer la comunicación y la equidad.
  • Simplificar la administración mediante la reingeniería de procesos y procedimientos considerando que resulta impostergable una política de menos burocracia y más academia.
  • Atención a los problemas de infraestructura insuficiente, de instalaciones anacrónicas y obsoletas
Los retos que deberá enfrentar la Universidad son mayores incluso que lo propuesto,  pero la incubación de una política de sostenimiento de los indicadores de calidad y de cambio de paradigmas sobre el quehacer universitario no es competencia exclusiva de un rector por bueno que sea. Es el trabajo permanente, cotidiano, comprometido de la comunidad universitaria es lo que permitirá impulsar y anclar los cambios de una universidad moderna como la que ya somos.

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