domingo, 27 de enero de 2013

Las escuelas son buenas, sí…

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Lunes 20 de Agosto de 2012
Para Felipe Martínez Rizo, destacado investigador universitario e integrante del Consejo Mexicano de Investigación Educativa, recientemente nombrado doctor Honoris Causa en la Universidad de Valencia “Las escuelas son buenas, pero no con la visión miope de los rankings, sino a partir de la convicción de que no lo podrán conseguir si no contribuyen a preparar jóvenes que quieran transformar su sociedad y mejorarla”.
felipemartinezrizo
En un relevante artículo publicado en la revista Diálogos Sobre Educación que publica electrónicamente el CUCSH, señala que “los sistemas educativos son parte esencial de las sociedades contemporáneas; en ellos se invierte una parte considerable de los recursos públicos, por lo que no pueden escapar a las exigencias de transparencia y rendición de cuentas. Por ello es importante contar con mediciones confiables de lo que saben los alumnos”. Hay que destacar, sin embargo, que si bien las competencias en lectura, matemáticas y ciencias son indicadores útiles para valorar el funcionamiento de los sistemas educativos, la calidad de estos últimos comprende otras dimensiones.

Martínez Rizo, afirma que “la educación impacta sin duda el desarrollo económico, en un contexto en que la competencia comercial es fuerte y el peso de la ciencia y la tecnología cada vez mayor. Pero lo económico es sólo uno de varios aspectos importantes de la vida social; tanto o más que alta productividad, un país necesita un sistema político que cuente con la confianza de la población por la responsabilidad y eficacia de legisladores, gobernantes y jueces; requiere que los ciudadanos sean capaces de participar inteligentemente en la cosa pública mediante los instrumentos de la democracia. Los ciudadanos, además y sobre todo, tienen que estar preparados para los papeles que desempeñarán durante su vida: de hijos y nietos; padres y abuelos; hermanos, amigos, enamorados y parejas; pero también consumidores de bienes materiales y simbólicos, lectores y televidentes, practicantes de un deporte o aficionados, conductores de autos o pasajeros, sanos o enfermos. Deben aprender a ganarse la vida, a disfrutarla, a transmitirla y a enfrentar con dignidad la muerte.

Pero la escuela no lo hace todo sola, la escuela no es la única responsable de la formación de los futuros ciudadanos, y sus esfuerzos pueden ser insuficientes frente a los medios de comunicación y otros actores; pero la parte que le corresponde no es menor, en una sociedad en que las familias son cada vez menos autosuficientes, la ausencia de escuela puede estar contribuyendo de manera no despreciable al deterioro que pone de manifiesto la violencia que castiga a México.

Se ha iniciado de un nuevo ciclo escolar,  los alumnos que pretenden una formación profesional conscientes deben estar y sus padres también, que la escuela no es todo, la escuela es una parte del todo, la otras partes las constituyen el compromiso individual de cada alumno, la cohesión de la familia para contribuir en su formación y un entorno que por desgracia es absorbente, adverso y poco propicio para el desarrollo de sus competencias, tema del que habremos de platicar en otro momento.

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