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Lunes 12 de Marzo de 2012
Recientemente tuve la oportunidad de leer un esplendido artículo de Joel
Jiménez Lozano publicado en La Jornada en la Ciencia, en el que citaba una
encuesta realizada por el diario EL PAÍS resultando que, ocho de cada diez
mexicanos considera que la labor de los científicos es de las más importantes
para la sociedad comparada con otras profesiones. Sin embargo, esta alentadora
visión es opacada categóricamente por el resultado de que seis de cada diez
mexicanos piensan que la astrología, el conocimiento de los signos del zodiaco
y la parapsicología son ciencias. Y más aún que ocho de cada diez adultos en
nuestro país cree firmemente eso de que la fe mueve montañas y el 71 por ciento
está convencido que existen los milagros –conste que no estoy en contra de la
fe-. Esto trae severos “traumatismos” en lo que se considera científico, por
ejemplo, un gran número de mexicanos considera científicos a Jaime Maussán,
popular relator de episodios con objetos voladores no identificados y
“extraterrestres” o a Madam Sazú, psíquica que en breves consultas telefónicas
da números para ganar la lotería o solucionar problemas de toda índole.
El algún momento el folclórico ex Presidente de México, Vicente Fox,
aseveró que la crisis económica se debía a una convergencia de los astros en el
sentido negativo, de vibras negativas. Aun cuando sus declaraciones pudieran
ser solo palabras al aire, la analogía deja mucho que desear viniendo del que
fuera jefe de Estado.
¿Qué es ciencia? Jiménez Lozano proponía la sencilla definición del
distinguido científico y doctor Ruy Pérez Tamayo. Ciencia es la
actividad humana creativa cuyo objetivo es comprender a la Naturaleza, el
producto de comprenderla es el conocimiento, obtenido por un método
científico organizado en forma deductiva y que aspira a alcanzar consenso
entre los expertos relevantes.
La ciencia no pretende ser ni absoluta, ni autoritaria, ni dogmática.
Todas las ideas, hipótesis, teorías; todo el conocimiento científico está
sujeto a revisión, a estudio y a modificación. El conocimiento que tenemos
representa las hipótesis científicas y teorías respaldadas por observaciones y
experimentos.
Los datos que arroja el diario EL PAIS hablan de que en México el sistema
científico aun no desempeña todavía un papel central en el desarrollo cultural
y social del país, ni está conformado en el esquema social y productivo de
México, ni se constituye como parte indisoluble de su vida diaria.
Lamentablemente estamos muy lejos de ser un país
que desarrolla ciencia o que está a la vanguardia en ella. La falta de
inversión es una de los principales causantes del status quo de la
ciencia mexicana. La UNESCO, señala que para ser un país competitivo deberíamos
al menos destinarse 1 por ciento del PIB y en México solo se invierte el 0.34
por ciento. Hay una gran brecha por cerrar.
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