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Lunes 7 de Enero de 2013
Aunque el año 2013 dio inicio hace siete días, considero que el ejercicio de formularse propósitos de año nuevo puede seguir siendo válido. Es más, soy de la idea que uno debe hacerse propósitos todo el año. Si quiere dejar de fumar porque esperarse para el 1 de enero del 2014, puede ser hoy 7 de enero, el 10 de marzo, 7 de abril, 4 de mayo o cualquier día siempre que usted se lo proponga.
No creo que por tener en la lista de designios para el año que inicia como por ejemplo “mejorar y progresar en el trabajo” se va a cumplir por sí sola, aunque sea una bella intención del año que arranca. Mejorar y progresar en el trabajo es un asunto de compromiso personal y social, cariño institucional, vocación de servicio permanente y continua, además de obligatoria en la gran mayoría de los casos. Tiene que ver con una nueva mentalidad, tiene que ver con un nuevo mexicano, tiene que ver con un nuevo ciudadano.
Pensar solo para el año que viene y desestimar el ahora, es un asunto muy arraigado en nuestra idiosincrasia. Por ello los bellos propósitos como:
- Colaborar en causas justas y ayudar a lo demás, o
- Hacer ejercicio y deporte
- Adelgazar
- Alimentarse más saludablemente
- Prestar atención a la pareja o buscar pareja
- Dedicar más tiempo a los hijos
- Viajar y aprender cosas del mundo
- Ser más atentos con los amigos
- Mejorar la casa
- Aprender cosas nuevas
- Dejar de fumar
- Ver menos tele
- Leer más
- Cuidar la salud
- No reñir con nadie en el trabajo, en contrario ser propositivo, o
- Respetar reglas de tránsito y urbanidad
Estos bien intencionados y lindos objetivos siempre tenderán al fracaso, porque sabemos elegir los qué, pero no sabemos elegir los cómos. ¿Cómo voy a dejar de fumar? ¿Cómo voy a cuidar mi salud?, pero además, porque tampoco ponemos unidades de medida ni cuando voy a evaluar.
Así que, si usted piensa en leer más, para que se espera al 2014, empiece hoy: eligiendo el libro, leyendo el día 7 de enero un párrafo, el 8 una página, el 9 un capitulo. Para ello, genere las condiciones, apague el celular, la televisión y el radio, aíslese un poco, concéntrese y ponga fuerza de voluntad, amárrese uno y la mitad del otro y no termine hasta que termine. No se quede en propósitos, conviértalos en hechos, de no ser así, seguiremos jugando al tío Lolo: “hacerse p… solo”.
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